TRATAMIENTO DEL DOLOR EN PROCESOS
OSTEOARTICULARES
Los
últimos estudios científicos señalan que el tratamiento del dolor requiere de un abordaje multifactorial en el que debemos tener en cuenta la terapia manual como base, pero también
el ejercicio, la gestión psicoemocional
y la regulación bioquímica.
Cada día
son más los estudios científicos que demuestran que los déficits de nutrientes
están en la base de las alteraciones orgánicas que son el origen de diferentes
patologías.
Una buena
alimentación, sumada al aporte correcto
de micro y macronutrientes, supone la mejor manera de prevención. Así
mismo, una vez que la sintomatología ha tomado forma, tenemos a nuestra
disposición multitud de remedios naturales que nos ofrecen la posibilidad de
conseguir la curación cuando son usados de manera adecuada.
Artrosis: remedios contra el dolor, la inflamación…
y sin efectos secundarios
La artrosis es una enfermedad muy extendida que afecta a más del 15% de la
población española, unos siete millones de personas.
Para la industria farmacéutica, la artrosis ha sido
la gallina de los huevos de oro, explotada y sobre explotada hasta que
estalló el escándalo del Vioxx, un
medicamento antiinflamatorio recetado contra los dolores producidos por la
artrosis y que finalmente fue retirado del mercado el año 2004 por sus peligrosos
efectos sobre el corazón.
Cuando se sufre de artrosis, una o varias
articulaciones de tu cuerpo están doloridas e inflamadas. Cada pequeño
movimiento te hace sufrir, y supone tener que decir adiós a los deportes de
pelota, al baile, al esquí o al tenis, por ejemplo. Y ni mencionar otros
deportes como el atletismo, el judo, el kárate o el levantamiento de pesas.
Algunos pacientes ya no pueden subir ni bajar
escaleras. Otros están completamente inmovilizados. Por ello los pacientes han
utilizado sistemáticamente durante mucho tiempo medicamentos antiinflamatorios,
cortisona y analgésicos químicos contra el dolor.
En un primer momento estos medicamentos
funcionan. ¡Milagro! ¡Comprobarás que es posible volver a abrir un tarro de
mermelada, cascar nueces y hasta ocuparte del jardín! Volverás a descubrir los
pequeños placeres de la vida durante varios meses, con suerte incluso varios
años.
Efectos
secundarios molestos
Pero entonces se produce una crisis de artrosis más violenta
y duradera de lo habitual. Confiado, te tomas tus pastillas durante una
semana, diez días, quince días... y te das cuenta de que no sólo el efecto ya
no es tan eficaz, sino que tu digestión empieza a resentirse. Diarrea,
estreñimiento, dolor de estómago, hemorragias digestivas de mayor o menor
importancia… Te preocupa y empiezas a preguntarte si debes continuar con el
medicamento o si, después de todo, no eran mejor tus dolores artrósicos.
Desgraciadamente,
tus dudas tienen fundamento. La artrosis viene provocada por la inflamación del
cartílago, esas almohadillas que protegen los extremos de los huesos, y que les
permiten rozarse entre sí sin problemas. En caso de artrosis, los agentes inflamatorios de las
articulaciones destruyen el cartílago, que se fisura, se agrieta y puede
incluso llegar a desaparecer por completo, dejando el hueso desnudo. Al
realizar cualquier movimiento, los extremos de los huesos se frotan
directamente unos contra otros, lo que provoca dolor y aumenta la
inflamación de tus articulaciones.
Los
medicamentos sólo suprimen el dolor
Los medicamentos
actuales, incluso los más recientes, lo único que hacen es bloquear el dolor. No tienen ningún efecto sobre el cartílago,
que sigue deteriorándose.
Por ello
son eficaces a corto plazo. A largo plazo su eficacia disminuye, hasta ser
inexistente cuando todo el cartílago ha desaparecido. Entonces sólo te quedan
los efectos secundarios, que pueden llegar a ser graves.
Pero la buena noticia es que las investigaciones
científicas recientes demuestran que la medicina natural ofrece soluciones muy
interesantes contra la artrosis.
De hecho,
la artrosis es quizás una de las enfermedades en cuya lucha existe mayor
esperanza. Muchos pacientes han conseguido librarse por completo de sus dolores
gracias a soluciones naturales.
Hoy vamos
a explorar varios posibles tratamientos que van a aliviar a la mayoría de los
pacientes. Si ninguno te funciona, no te angusties.
1.Contra el dolor: el harpagofito
Los adeptos a la medicina natural me perdonarán por empezar
con este remedio natural tan popular. El harpagofito es un “vale para todo” de
la medicina natural, que se puede encontrar en todas partes (salvo –y eso de
momento- en las máquinas expendedoras de bebidas y snacks). De hecho, el éxito
es tal que el cultivo de harpagofito está provocando un desastre ecológico (uno
más) en África.
Esta planta se recolecta en los desiertos arenosos de África del Sur y en Namibia. Las raíces se utilizan para la elaboración de cápsulas que contienen los principales ingredientes activos: harpagósida, harpágida y procumbida, sustancias antiinflamatorias y analgésicas.
Para las personas que sufren artrosis, las curas con esta planta suponen por lo general un alivio espectacular que puede ayudar a reducir las dosis de fármacos. Muchos reconocen que ya no pueden prescindir de este remedio.
Un estudio publicado el año 2003 muestra una reducción significativa del dolor y los síntomas de artrosis en 75 pacientes tratados con harpagofito. El dolor se redujo entre un 25% y un 45%, mientras que la movilidad aumentó en el mismo porcentaje. (1)
Si consideramos los resultados de todos los estudios realizados sobre este tema, el harpagofito tendría el mismo nivel de eficacia que los medicamentos convencionales para calmar la inflamación y el dolor provocado por la artrosis.
En Francia recientemente se llevó a cabo un estudio sobre 122 personas con artrosis de cadera y rodilla. Durante 4 meses, una parte de los voluntarios tomó 435 mg de harpagofito al día, mientras que al otro grupo se le administró un medicamento antiinflamatorio llamado Diacereína. La disminución del dolor fue la misma en ambos grupos. Al final del estudio, los pacientes del grupo harpagofito utilizaban menos medicación contra el dolor. También sufrían menos diarreas que los que siguieron el tratamiento químico antiinflamatorio (26%). (2)
Otro estudio realizado en 2003 comparó en 44 personas la eficacia del harpagofito respecto a la de un antiinflamatorio de última generación, el Rofecoxib. Los pacientes podían continuar su tratamiento habitual en paralelo o detenerlo si se sentían mejor. Seis semanas después del inicio del estudio, y gracias al harpagofito, 10 pacientes pudieron suspender el tratamiento durante más de cinco días. Entre los pacientes tratados con Rofecoxib sólo cinco pudieron suspenderlo. En cuanto al resto, la reducción del dolor fue similar en ambos grupos, pero el número de efectos secundarios fue dos veces mayor entre los que tomaban Rofecoxib. (3)
Y esto sólo en cuanto al dolor...
Esta planta se recolecta en los desiertos arenosos de África del Sur y en Namibia. Las raíces se utilizan para la elaboración de cápsulas que contienen los principales ingredientes activos: harpagósida, harpágida y procumbida, sustancias antiinflamatorias y analgésicas.
Para las personas que sufren artrosis, las curas con esta planta suponen por lo general un alivio espectacular que puede ayudar a reducir las dosis de fármacos. Muchos reconocen que ya no pueden prescindir de este remedio.
Un estudio publicado el año 2003 muestra una reducción significativa del dolor y los síntomas de artrosis en 75 pacientes tratados con harpagofito. El dolor se redujo entre un 25% y un 45%, mientras que la movilidad aumentó en el mismo porcentaje. (1)
Si consideramos los resultados de todos los estudios realizados sobre este tema, el harpagofito tendría el mismo nivel de eficacia que los medicamentos convencionales para calmar la inflamación y el dolor provocado por la artrosis.
En Francia recientemente se llevó a cabo un estudio sobre 122 personas con artrosis de cadera y rodilla. Durante 4 meses, una parte de los voluntarios tomó 435 mg de harpagofito al día, mientras que al otro grupo se le administró un medicamento antiinflamatorio llamado Diacereína. La disminución del dolor fue la misma en ambos grupos. Al final del estudio, los pacientes del grupo harpagofito utilizaban menos medicación contra el dolor. También sufrían menos diarreas que los que siguieron el tratamiento químico antiinflamatorio (26%). (2)
Otro estudio realizado en 2003 comparó en 44 personas la eficacia del harpagofito respecto a la de un antiinflamatorio de última generación, el Rofecoxib. Los pacientes podían continuar su tratamiento habitual en paralelo o detenerlo si se sentían mejor. Seis semanas después del inicio del estudio, y gracias al harpagofito, 10 pacientes pudieron suspender el tratamiento durante más de cinco días. Entre los pacientes tratados con Rofecoxib sólo cinco pudieron suspenderlo. En cuanto al resto, la reducción del dolor fue similar en ambos grupos, pero el número de efectos secundarios fue dos veces mayor entre los que tomaban Rofecoxib. (3)
Y esto sólo en cuanto al dolor...
2.El
jengibre, un antiinflamatorio poco conocido
Como has visto antes, eliminar el dolor no basta. También es necesario reducir la inflamación,
que está provocada por unos agentes, las interleukinas, que destruyen el
cartílago.
La medicina ayurvédica describe el jengibre (Zingiber officinale) como la planta de referencia para combatir todo tipo de inflamaciones. Investigaciones recientes han confirmado la capacidad antiinflamatoria de los compuestos del jengibre. De hecho, algunos investigadores creen que el jengibre podría competir eficazmente con medicamentos de última generación. (4)
Basándose en el uso ancestral del jengibre, en 1992 un grupo de investigadores tuvo la idea de probar el polvo de jengibre contra la artrosis. Después de tres meses de uso, las tres cuartas partes de los pacientes que lo utilizaron notaron una clara mejoría en su estado. Algunos continuaron el tratamiento a base de jengibre durante más de dos años y medio sin ningún tipo de efecto secundario significativo. (5)
La medicina ayurvédica describe el jengibre (Zingiber officinale) como la planta de referencia para combatir todo tipo de inflamaciones. Investigaciones recientes han confirmado la capacidad antiinflamatoria de los compuestos del jengibre. De hecho, algunos investigadores creen que el jengibre podría competir eficazmente con medicamentos de última generación. (4)
Basándose en el uso ancestral del jengibre, en 1992 un grupo de investigadores tuvo la idea de probar el polvo de jengibre contra la artrosis. Después de tres meses de uso, las tres cuartas partes de los pacientes que lo utilizaron notaron una clara mejoría en su estado. Algunos continuaron el tratamiento a base de jengibre durante más de dos años y medio sin ningún tipo de efecto secundario significativo. (5)
Recientemente se ha publicado un interesante estudio clínico en la revista médica de referencia Arthritis and Rheumatism (“Artritis y Reumatismo”). Los científicos administraron durante seis semanas en unos casos jengibre y en otros un placebo a personas que sufrían artrosis de rodilla durante 6 semanas. Los participantes podían tomar un medicamento convencional si los dolores eran demasiado fuertes. El estudio se llevó a cabo sin que ni los médicos que realizaron el estudio ni ninguno de los pacientes supieran quién estaba tomando el jengibre y quién tomaba la píldora sin efecto (es decir, el placebo). En términos científicos, este tipo de estudio se denomina "controlado, doble ciego" y sus resultados son los más fiables.
Los investigadores constataron al final del estudio que las personas que tomaron el jengibre -y no los que tomaron el placebo- se desplazaban con mayor facilidad, sus dolores se habían atenuado y tenían menos rigidez en las articulaciones, lo que venía a indicar que su artrosis había mejorado en gran medida gracias al jengibre. (6)
Sin embargo, estamos sólo al principio en cuanto a los estudios sobre el jengibre y la artrosis, y debemos esperar la confirmación de estos resultados para estar seguros de su eficacia.
3.Frene
el avance de la enfermedad con ácidos grasos Omega-3
La tercera arma estratégica en su lucha contra la artrosis es
una sustancia que permite frenar la enfermedad: los ácidos Omega-3.
Los Omega-3 son otro producto estrella de la medicina natural que vale para casi todo, cuya eficacia es innegable y reconocida incluso por la medicina convencional. Los Omega-3 son una familia de ácidos grasos que se encuentran en vegetales de hoja verde, en determinados frutos secos (en especial las nueces), pescados grasos (anchoa, arenque, caballa, sardina, salmón), en las semillas de lino y en los aceites de colza, nuez y lino.
Una vez absorbidos, estos ácidos grasos generan sustancias que tienen potentes propiedades antiinflamatorias.
Desde 1998, el Dr. Bruce Caterson, de la Universidad de Cardiff (Gales), y su equipo trabajan apasionadamente estudiando los beneficios potenciales de los suplementos de Omega-3 sobre la artrosis. Después de varios y prometedores experimentos de laboratorio sobre tejidos de cartílago con artrosis, estos investigadores han publicado los resultados de su primer estudio en el ser humano. Y estos resultados han resultado ser extraordinariamente prometedores.
En el estudio participaron 31 personas con artrosis y en espera de una operación para la colocación de una prótesis total de rodilla. La mitad de los participantes tomó 2 veces al día, entre 10 y 12 semanas antes de la operación, 2 cápsulas con 1 gramo de aceite de hígado de bacalao enriquecido con ácidos grasos Omega-3. La otra mitad tomó un placebo. Todos los pacientes se sometieron a su operación y, después de ésta, se analizaron los cartílagos.
¿El resultado? En el 86% de los casos del grupo de pacientes que había tomado Omega-3 no había rastro (o muy poco) de las enzimas que destruyen el cartílago, frente al 26% de los casos del grupo que tomó placebo. Según el profesor Bruce Caterson, "esto significa que un suplemento de ácidos grasos Omega-3 puede reducir o incluso detener el deterioro del cartílago y reducir la inflamación y el dolor que acompañan a la artrosis”.
Una vez más, sólo disponemos de momento de un reducido número de estudios, pero los resultados que apuntan son más que prometedores.
4.Para
reparar el cartílago: glucosamina y condroitina
Por último -he guardado lo mejor para el final- , dos sustancias naturales que podrían
incluso ayudar a revertir el proceso de la artrosis, es decir, a reparar el cartílago y rejuvenecer varios
años tus articulaciones.
En el cartílago, tienes "moléculas esponja" que atraen y retienen el agua, lo que garantiza la flexibilidad y la elasticidad de los tejidos de las articulaciones. Estas moléculas se denominan proteoglicanos (¡no intentee memorizar el nombre!). Sin ellas, el cartílago sería incapaz de absorber los golpes, se agrietaría, se rompería y se desgastaría por completo.
Para que las células de las articulaciones puedan producir proteoglicanos, necesitan dos sustancias: la glucosamina y la condroitina. Normalmente, los condrocitos las sintetizan a partir de la glucosa de los alimentos mediante varias reacciones bioquímicas. Sin embargo, en la artrosis, los condrocitos, aunque estén bien alimentados con glucosa, no consiguen desempeñar su tarea correctamente.
Los investigadores han descubierto que se obtienen resultados mucho mejores al proporcionar directamente a los condrocitos la glucosamina y la condroitina en forma de suplementos que se toman por vía oral. Estas sustancias pueden en algunos casos estimular la producción de proteoglicanos y normalizar el metabolismo del cartílago. De esta forma, éste último no sólo deja de degenerarse, sino que puede reconstruir nuevo cartílago.
Desde hace más de 20 años, la mayoría de estudios concluyen demostrando la eficacia de los suplementos de glucosamina para aliviar el dolor en caso de artrosis leve o moderada. Esta mejoría aparece en un plazo de 2 a 8 semanas y persiste durante varias semanas más después de interrumpir el tratamiento. Esto se debe al efecto antiinflamatorio de la glucosamina. (7)
Por otra parte, y aquí radica su interés en relación con los tratamientos antiinflamatorios, la glucosamina podría estabilizar en algunos casos el proceso de destrucción del cartílago. Dos estudios realizados en personas con artrosis en las rodillas pusieron de manifiesto que tomar diariamente 1.500 mg de sulfato de glucosamina durante 3 años permite detener la progresión de la enfermedad. (8) (9)
En el cartílago, tienes "moléculas esponja" que atraen y retienen el agua, lo que garantiza la flexibilidad y la elasticidad de los tejidos de las articulaciones. Estas moléculas se denominan proteoglicanos (¡no intentee memorizar el nombre!). Sin ellas, el cartílago sería incapaz de absorber los golpes, se agrietaría, se rompería y se desgastaría por completo.
Para que las células de las articulaciones puedan producir proteoglicanos, necesitan dos sustancias: la glucosamina y la condroitina. Normalmente, los condrocitos las sintetizan a partir de la glucosa de los alimentos mediante varias reacciones bioquímicas. Sin embargo, en la artrosis, los condrocitos, aunque estén bien alimentados con glucosa, no consiguen desempeñar su tarea correctamente.
Los investigadores han descubierto que se obtienen resultados mucho mejores al proporcionar directamente a los condrocitos la glucosamina y la condroitina en forma de suplementos que se toman por vía oral. Estas sustancias pueden en algunos casos estimular la producción de proteoglicanos y normalizar el metabolismo del cartílago. De esta forma, éste último no sólo deja de degenerarse, sino que puede reconstruir nuevo cartílago.
Desde hace más de 20 años, la mayoría de estudios concluyen demostrando la eficacia de los suplementos de glucosamina para aliviar el dolor en caso de artrosis leve o moderada. Esta mejoría aparece en un plazo de 2 a 8 semanas y persiste durante varias semanas más después de interrumpir el tratamiento. Esto se debe al efecto antiinflamatorio de la glucosamina. (7)
Por otra parte, y aquí radica su interés en relación con los tratamientos antiinflamatorios, la glucosamina podría estabilizar en algunos casos el proceso de destrucción del cartílago. Dos estudios realizados en personas con artrosis en las rodillas pusieron de manifiesto que tomar diariamente 1.500 mg de sulfato de glucosamina durante 3 años permite detener la progresión de la enfermedad. (8) (9)
Punto de biopuntura en gonartrois
Además, no se observaron efectos secundarios significativos. Para ello se necesita que queden en la articulación células que fabriquen el cartílago, es decir que éste no haya sido totalmente destruido. De ahí la importancia de ocuparse de la prevención desde muy temprano, por ejemplo, después de un traumatismo en la rodilla (después de un accidente de esquí o jugando al fútbol, por ejemplo) porque este tipo de traumatismo provoca un proceso inflamatorio que acaba destruyendo el cartílago.
¿Y la condroitina? Aun cuando los informes científicos sobre la condroitina no están tan avanzados como los de la glucosamina, los estudios clínicos de los que disponemos sugieren que puede aliviar el dolor. También puede contribuir a detener o ralentizar la progresión de la enfermedad.
En un estudio controlado doble ciego, los investigadores analizaron a 120 personas con artrosis de la rodilla. El tratamiento analizado frente al placebo consistió en tomar 800 mg de sulfato de condroitina al día durante 3 meses, tratamiento que se repitió otra vez en el mismo año.
Al cabo de un año, los individuos que fueron tratados con condroitina sufrían menos dolores y las radiografías indicaban que las lesiones del cartílago habían detenido su progresión. Como en el caso de la glucosamina, el efecto positivo de la condroitina se prolongaba después de terminar el tratamiento. (10)
Además,
parece que la glucosamina y la
condroitina, tomadas conjuntamente, muestran sinergias que permiten una mayor
eficacia.
¿Sufres tu o alguien de tu entorno artrosis?
No te resignes al dolor, a la dificultad de movimientos ni a
atiborrarte a medicamentos químicos con efectos secundarios graves. Puedes seguir
una dieta alimentaria específica que
combate la artrosis, y también tomar suplementos alimenticios realmente
eficaces.
Fuentes: Juan-M. Dupuis
- Wegener T : Treatment of patients with arthrosis of hip or knee with an aqueous extract of Devil's Claw (Harpagophytum procumbens DC.). Phytother Res 2003, 17(10):1165-1172.
- Leblan D : Harpagophytum procumbens in the treatment of knee and hip osteoarthritis. Four-month results of a prospective, multicenter, double-blind trial versus diacerhein. Joint Bone Spine. 2000, 67(5):462-427.
- Chrubasik S : A randomized double-blind pilot study comparing Doloteffin and Vioxx in the treatment of low back pain. Rheumatology (Oxford). 2003, 42(1):141-148.
- Kiuchi F : Inhibition of prostaglandin and leukotriene biosynthesis by gingerols and diarylheptanoids. Chem Pharm Bull 1992, 40(2):387-391.
- Srivastava KC : Ginger (Zingiber officinale) in rheumatism and musculoskeletal disorders. Med Hypotheses. 1992, 39(4):342-348.
- Altman RD : Effects of a ginger extract on knee pain in patients with osteoarthritis. Arthritis Rheum 2001, 44(11):2531-2538.
- Vangsness CT Jr, Spiker W, Erickson J. A review of evidence-based medicine for glucosamine and chondroitin sulfate use in knee osteoarthritis. Arthroscopy. 2009 Jan ; 25(1):86-94. Epub 2008 Sep 30. Review. PubMed PMID: 19111223.
- Reginster JY, Deroisy R, Rovati LC, Lee RL, Lejeune E, Bruyere O, Giacovelli G, Henrotin Y, Dacre JE, Gossett C. Long-term effects of glucosamine sulphate on osteoarthritis progression: a randomised, placebo-controlled clinical trial. Lancet 2001 Jan 27;357(9252):251-6.
- Pavelka K, Gatterova J, Olejarova M, Machacek S, Giacovelli G, Rovati LC. Glucosamine sulfate use and delay of progression of knee osteoarthritis: a 3-year, randomized, placebo-controlled, double-blind study. Arch Intern Med 2002 Oct 14;162(18):2113-23.
- Uebelhart D : Intermittent treatment of knee osteoarthritis with oral chondroitin sulfate : a one-year, randomized, double-blind, multicenter study versus placebo. Osteoarthritis Cartilage. 2004 Apr;12(4):269-76.
Seguiremos informando...
Próximos capítulos:
Qué pueden hacer la Biopuntura
y la Terapia Neural en el tratamiento del dolor crónico en enfermedades
degeneraticas osteoarticulares.
By Dra. Inma González