miércoles, 23 de septiembre de 2015

ARTROSIS Y SU TRATAMIENTO

TRATAMIENTO DEL DOLOR EN PROCESOS OSTEOARTICULARES




Los últimos estudios científicos señalan que el tratamiento del dolor requiere de un abordaje multifactorial en el que debemos tener en cuenta la terapia manual como base, pero también el ejercicio, la gestión psicoemocional y la regulación bioquímica.




Cada día son más los estudios científicos que demuestran que los déficits de nutrientes están en la base de las alteraciones orgánicas que son el origen de diferentes patologías.


Una buena alimentación, sumada al aporte correcto de micro y macronutrientes, supone la mejor manera de prevención. Así mismo, una vez que la sintomatología ha tomado forma, tenemos a nuestra disposición multitud de remedios naturales que nos ofrecen la posibilidad de conseguir la curación cuando son usados de manera adecuada.






Artrosis: remedios contra el dolor, la inflamación… y sin efectos secundarios

La artrosis es una enfermedad muy extendida que afecta a más del 15% de la población española, unos siete millones de personas. 


Para la industria farmacéutica, la artrosis ha sido la gallina de los huevos de oro, explotada y sobre explotada hasta que estalló el escándalo del Vioxx, un medicamento antiinflamatorio recetado contra los dolores producidos por la artrosis y que finalmente fue retirado del mercado el año 2004 por sus peligrosos efectos sobre el corazón.



Cuando se sufre de artrosis, una o varias articulaciones de tu cuerpo están doloridas e inflamadas. Cada pequeño movimiento te hace sufrir, y supone tener que decir adiós a los deportes de pelota, al baile, al esquí o al tenis, por ejemplo. Y ni mencionar otros deportes como el atletismo, el judo, el kárate o el levantamiento de pesas.







Algunos pacientes ya no pueden subir ni bajar escaleras. Otros están completamente inmovilizados. Por ello los pacientes han utilizado sistemáticamente durante mucho tiempo medicamentos antiinflamatorios, cortisona y analgésicos químicos contra el dolor.



En un primer momento estos medicamentos funcionan. ¡Milagro! ¡Comprobarás que es posible volver a abrir un tarro de mermelada, cascar nueces y hasta ocuparte del jardín! Volverás a descubrir los pequeños placeres de la vida durante varios meses, con suerte incluso varios años. 

Efectos secundarios molestos

Pero entonces se produce una crisis de artrosis más violenta y duradera de lo habitual. Confiado, te tomas  tus pastillas durante una semana, diez días, quince días... y te das cuenta de que no sólo el efecto ya no es tan eficaz, sino que tu digestión empieza a resentirse. Diarrea, estreñimiento, dolor de estómago, hemorragias digestivas de mayor o menor importancia… Te preocupa y empiezas a preguntarte si debes continuar con el medicamento o si, después de todo, no eran mejor tus dolores artrósicos.



Desgraciadamente, tus dudas tienen fundamento. La artrosis viene provocada por la inflamación del cartílago, esas almohadillas que protegen los extremos de los huesos, y que les permiten rozarse entre sí sin problemas. En caso de artrosis, los agentes inflamatorios de las articulaciones destruyen el cartílago, que se fisura, se agrieta y puede incluso llegar a desaparecer por completo, dejando el hueso desnudo. Al realizar cualquier movimiento, los extremos de los huesos se frotan directamente unos contra otros, lo que provoca dolor y aumenta  la inflamación de tus articulaciones. 

Los medicamentos sólo suprimen el dolor

Los medicamentos actuales, incluso los más recientes, lo único que hacen es bloquear el dolor. No tienen ningún efecto sobre el cartílago, que sigue deteriorándose.



Por ello son eficaces a corto plazo. A largo plazo su eficacia disminuye, hasta ser inexistente cuando todo el cartílago ha desaparecido. Entonces sólo te quedan los efectos secundarios, que pueden llegar a ser graves.


Pero la buena noticia es que las investigaciones científicas recientes demuestran que la medicina natural ofrece soluciones muy interesantes contra la artrosis.




De hecho, la artrosis es quizás una de las enfermedades en cuya lucha existe mayor esperanza. Muchos pacientes han conseguido librarse por completo de sus dolores gracias a soluciones naturales.

Hoy vamos a explorar varios posibles tratamientos que van a aliviar a la mayoría de los pacientes. Si ninguno te funciona, no te angusties.

 1.Contra el dolor: el harpagofito


Los adeptos a la medicina natural me perdonarán por empezar con este remedio natural tan popular. El harpagofito es un “vale para todo” de la medicina natural, que se puede encontrar en todas partes (salvo –y eso de momento- en las máquinas expendedoras de bebidas y snacks). De hecho, el éxito es tal que el cultivo de harpagofito está provocando un desastre ecológico (uno más) en África.

Esta planta se recolecta en los desiertos arenosos de África del Sur y en Namibia. Las raíces se utilizan para la elaboración de cápsulas que contienen los principales ingredientes activos: harpagósida, harpágida y procumbida, sustancias antiinflamatorias y analgésicas. 

Para las personas que sufren artrosis, las curas con esta planta suponen por lo general un alivio espectacular que puede ayudar a reducir las dosis de fármacos. Muchos reconocen que ya no pueden prescindir de este remedio.

Un estudio publicado el año 2003 muestra una reducción significativa del dolor y los síntomas de artrosis en 75 pacientes tratados con harpagofito. El dolor se redujo entre un 25% y un 45%, mientras que la movilidad aumentó en el mismo porcentaje. (1)

Si consideramos los resultados de todos los estudios realizados sobre este tema, el harpagofito tendría el mismo nivel de eficacia que los medicamentos convencionales para calmar la inflamación y el dolor provocado por la artrosis.

En Francia recientemente se llevó a cabo un estudio sobre 122 personas con artrosis de cadera y rodilla. Durante 4 meses, una parte de los voluntarios tomó 435 mg de harpagofito al día, mientras que al otro grupo se le administró un medicamento antiinflamatorio llamado Diacereína. La disminución del dolor fue la misma en ambos grupos. Al final del estudio, los pacientes del grupo harpagofito utilizaban menos medicación contra el dolor. También sufrían menos diarreas que los que siguieron el tratamiento químico antiinflamatorio (26%). (2)

Otro estudio realizado en 2003 comparó en 44 personas la eficacia del  harpagofito respecto a la de un antiinflamatorio de última generación, el Rofecoxib. Los pacientes podían continuar su tratamiento habitual en paralelo o detenerlo si se sentían mejor. Seis semanas después del inicio del estudio, y gracias al harpagofito, 10 pacientes pudieron suspender el tratamiento durante más de cinco días. Entre los pacientes tratados con Rofecoxib sólo cinco pudieron suspenderlo. En cuanto al resto, la reducción del dolor fue similar en ambos grupos, pero el número de efectos secundarios fue dos veces mayor entre los que tomaban Rofecoxib. (3)

Y esto sólo en cuanto al dolor... 

2.El jengibre, un antiinflamatorio poco conocido


Como has visto antes, eliminar el dolor no basta. También es necesario reducir la inflamación, que está provocada por unos agentes, las interleukinas, que destruyen el cartílago.

La medicina ayurvédica describe el jengibre (Zingiber officinale) como la planta de referencia para combatir todo tipo de inflamaciones. Investigaciones recientes han confirmado la capacidad antiinflamatoria de los compuestos del jengibre. De hecho, algunos investigadores creen que el jengibre podría competir eficazmente con medicamentos de última generación. (4)

Basándose en el uso ancestral del jengibre, en 1992 un grupo de investigadores tuvo la idea de probar el polvo de jengibre contra la artrosis. Después de tres meses de uso, las tres cuartas partes de los pacientes que lo utilizaron notaron una clara mejoría en su estado. Algunos continuaron el tratamiento a base de jengibre durante más de dos años y medio sin ningún tipo de efecto secundario significativo. (5)



Recientemente se ha publicado un interesante estudio clínico en la revista médica de referencia Arthritis and Rheumatism (“Artritis y Reumatismo”). Los científicos administraron durante seis semanas en unos casos jengibre y en otros un placebo a personas que sufrían artrosis de rodilla durante 6 semanas. Los participantes podían tomar un medicamento convencional si los dolores eran demasiado fuertes. El estudio se llevó a cabo sin que ni los médicos que realizaron el estudio ni ninguno de los pacientes supieran quién estaba tomando el jengibre y quién tomaba la píldora sin efecto (es decir, el placebo). En términos científicos, este tipo de estudio se denomina "controlado, doble ciego" y sus resultados son los más fiables.

Los investigadores constataron al final del estudio que las personas que tomaron el jengibre -y  no los que tomaron el placebo-  se desplazaban con mayor facilidad, sus dolores se habían atenuado y tenían menos rigidez en las articulaciones, lo que venía a indicar que su artrosis había mejorado en gran medida gracias al jengibre. (6)

Sin embargo, estamos sólo al principio en cuanto a los estudios sobre el jengibre y la artrosis, y debemos esperar la confirmación de estos resultados para estar seguros de su eficacia.


3.Frene el avance de la enfermedad con ácidos grasos Omega-3


La tercera arma estratégica en su lucha contra la artrosis es una sustancia que permite frenar la enfermedad: los ácidos Omega-3.

Los Omega-3 son otro producto estrella de la medicina natural que vale para casi todo, cuya eficacia es innegable y reconocida incluso por la medicina convencional. Los Omega-3 son una familia de ácidos grasos que se encuentran en vegetales de hoja verde, en determinados frutos secos (en especial las nueces), pescados grasos (anchoa, arenque, caballa, sardina, salmón), en las semillas de lino y en los aceites de colza, nuez y  lino.



Una vez absorbidos, estos ácidos grasos generan sustancias que tienen potentes propiedades antiinflamatorias.

Desde 1998, el Dr. Bruce Caterson, de la Universidad de Cardiff (Gales), y su equipo trabajan apasionadamente estudiando los beneficios potenciales de los suplementos de Omega-3 sobre la artrosis. Después de varios y prometedores experimentos de laboratorio sobre tejidos de cartílago con artrosis, estos investigadores han publicado los resultados de su primer estudio en el ser humano. Y estos resultados han resultado ser extraordinariamente prometedores. 

En el estudio participaron 31 personas con artrosis y en espera de una operación para la colocación de una prótesis total de rodilla. La mitad de los participantes tomó 2 veces al día, entre 10 y 12 semanas antes de la operación, 2 cápsulas con 1 gramo de aceite de hígado de bacalao enriquecido con ácidos grasos Omega-3. La otra mitad tomó un placebo. Todos los pacientes se sometieron a su operación y, después de ésta, se analizaron los cartílagos.

¿El resultado? En el 86% de los casos del grupo de pacientes que había tomado Omega-3 no había rastro (o muy poco) de las enzimas que destruyen el cartílago, frente al 26% de los casos del grupo que tomó placebo. Según el profesor Bruce Caterson, "esto significa que un suplemento de ácidos grasos Omega-3 puede reducir o incluso detener el deterioro del cartílago y reducir la inflamación y el dolor que acompañan a la artrosis”. 

Una vez más, sólo disponemos de momento de un reducido número de estudios, pero los resultados que apuntan son más que prometedores. 


4.Para reparar el cartílago: glucosamina y condroitina

Por último -he guardado lo mejor para el final- , dos sustancias naturales que podrían incluso ayudar a revertir el proceso de la artrosis, es decir, a reparar el cartílago y rejuvenecer varios años tus articulaciones.

En el cartílago, tienes "moléculas esponja" que atraen y retienen el agua, lo que garantiza la flexibilidad y la elasticidad de los tejidos de las articulaciones. Estas moléculas se denominan proteoglicanos (¡no intentee memorizar el nombre!). Sin ellas, el cartílago sería incapaz de absorber los golpes, se agrietaría, se rompería y se desgastaría por completo.

Para que las células de las articulaciones puedan producir proteoglicanos, necesitan dos sustancias: la glucosamina y la condroitina. Normalmente, los condrocitos las sintetizan a partir de la glucosa de los alimentos mediante varias reacciones bioquímicas. Sin embargo, en la artrosis, los condrocitos, aunque estén bien alimentados con glucosa, no consiguen desempeñar su tarea correctamente.

Los investigadores han descubierto que se obtienen  resultados mucho mejores al proporcionar directamente a los condrocitos la glucosamina y la condroitina en forma de suplementos que se toman por vía oral. Estas sustancias pueden en algunos casos estimular la producción de proteoglicanos y normalizar el metabolismo del cartílago. De esta forma, éste último no sólo deja de degenerarse, sino que  puede reconstruir nuevo cartílago.

Desde hace más de 20 años, la mayoría de estudios concluyen demostrando la eficacia de los suplementos de glucosamina para aliviar el dolor en caso de artrosis leve o moderada. Esta mejoría aparece en un plazo de 2 a 8 semanas y persiste durante varias semanas más después de interrumpir el tratamiento. Esto se debe al efecto antiinflamatorio de la glucosamina. (7)

Por otra parte, y aquí radica su interés en relación con los tratamientos antiinflamatorios, la glucosamina podría estabilizar en algunos casos el proceso de destrucción del cartílago. Dos estudios realizados en personas con artrosis en las rodillas pusieron de manifiesto que tomar diariamente 1.500 mg de sulfato de glucosamina durante 3 años permite detener la progresión de la enfermedad. (8) (9)


Punto de biopuntura en gonartrois

Además, no se observaron efectos secundarios significativos. Para ello se necesita que queden en la articulación células que fabriquen el cartílago, es decir que éste no haya sido totalmente destruido. De ahí la importancia de ocuparse de la prevención desde muy temprano, por ejemplo, después de un traumatismo en la rodilla (después de un accidente de esquí o jugando al fútbol, por ejemplo) porque este tipo de traumatismo provoca un proceso inflamatorio que acaba destruyendo el cartílago.

¿Y la condroitina? Aun cuando los informes científicos sobre la condroitina no están tan avanzados como los de la glucosamina, los estudios clínicos de los que disponemos sugieren que puede aliviar el dolor. También puede contribuir a detener o ralentizar la progresión de la enfermedad.

En un estudio controlado doble ciego, los investigadores analizaron a 120 personas con artrosis de la rodilla. El tratamiento analizado frente al placebo consistió en tomar 800 mg de sulfato de condroitina al día durante 3 meses, tratamiento que se repitió otra vez en el mismo año. 

Al cabo de un año, los individuos que fueron tratados con condroitina sufrían menos dolores y las radiografías indicaban que las lesiones del cartílago habían detenido su progresión. Como en el caso de la glucosamina, el efecto positivo de la condroitina se prolongaba después de terminar el tratamiento. (10)




Además, parece que la glucosamina y la condroitina, tomadas conjuntamente, muestran sinergias que permiten una mayor eficacia.

¿Sufres  tu o alguien de tu entorno artrosis?

No te resignes al dolor, a la dificultad de movimientos ni a atiborrarte a medicamentos químicos con efectos secundarios graves. Puedes seguir una dieta alimentaria específica que combate la artrosis, y también tomar suplementos alimenticios realmente eficaces.

Fuentes: Juan-M. Dupuis 
  1. Wegener T : Treatment of patients with arthrosis of hip or knee with an aqueous extract of Devil's Claw (Harpagophytum procumbens DC.). Phytother Res 2003, 17(10):1165-1172.
  2. Leblan D : Harpagophytum procumbens in the treatment of knee and hip osteoarthritis. Four-month results of a prospective, multicenter, double-blind trial versus diacerhein. Joint Bone Spine. 2000, 67(5):462-427.
  3. Chrubasik S : A randomized double-blind pilot study comparing Doloteffin and Vioxx in the treatment of low back pain. Rheumatology (Oxford). 2003, 42(1):141-148.
  4. Kiuchi F : Inhibition of prostaglandin and leukotriene biosynthesis by gingerols and diarylheptanoids. Chem Pharm Bull 1992, 40(2):387-391.
  5. Srivastava KC : Ginger (Zingiber officinale) in rheumatism and musculoskeletal disorders. Med Hypotheses. 1992, 39(4):342-348.
  6. Altman RD : Effects of a ginger extract on knee pain in patients with osteoarthritis. Arthritis Rheum 2001, 44(11):2531-2538.
  7. Vangsness CT Jr, Spiker W, Erickson J. A review of evidence-based medicine for glucosamine and chondroitin sulfate use in knee osteoarthritis. Arthroscopy. 2009 Jan ; 25(1):86-94. Epub 2008 Sep 30. Review. PubMed PMID: 19111223.
  8. Reginster JY, Deroisy R, Rovati LC, Lee RL, Lejeune E, Bruyere O, Giacovelli G, Henrotin Y, Dacre JE, Gossett C. Long-term effects of glucosamine sulphate on osteoarthritis progression: a randomised, placebo-controlled clinical trial. Lancet 2001 Jan 27;357(9252):251-6.
  9. Pavelka K, Gatterova J, Olejarova M, Machacek S, Giacovelli G, Rovati LC. Glucosamine sulfate use and delay of progression of knee osteoarthritis: a 3-year, randomized, placebo-controlled, double-blind study. Arch Intern Med 2002 Oct 14;162(18):2113-23.
  10. Uebelhart D : Intermittent treatment of knee osteoarthritis with oral chondroitin sulfate : a one-year, randomized, double-blind, multicenter study versus placebo. Osteoarthritis Cartilage. 2004 Apr;12(4):269-76.

Seguiremos informando...






Próximos capítulos:
Qué pueden hacer la Biopuntura y la Terapia Neural en el tratamiento del dolor crónico en enfermedades degeneraticas osteoarticulares.


By Dra. Inma González

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miércoles, 16 de septiembre de 2015

5 razones para dejar de comer pan blanco

5 razones para dejar de comer pan blanco




El pan, «fruto de la tierra y del trabajo del hombre», es el alimento básico de nuestra civilización. Pero ha llegado el momento de dejar de consumir pan blanco. Ahora verás por qué.


Demasiado mezclado




El trigo ya no puede considerarse un alimento sano. Aunque sea ecológico o integral, el trigo moderno es demasiado híbrido. Contiene una elevada cantidad de gluten, una proteína que tiende a irritar las paredes intestinales, y muchos menos minerales y vitaminas que hace cientos de años.



Es una verdadera lástima, porque el trigo era realmente un alimento adecuado y hoy en día se utiliza en multitud de harinas y alimentos, en especial como espesante.


Demasiado pobre en fibra, vitaminas y minerales


En el pan blanco, la mejor parte de la harina se ha retirado para dársela a los cerdos y a otros animales de granja. El trigo integral no es bueno para la salud, pero al menos contiene fibra, vitaminas y minerales. Para elaborar pan blanco, por el contrario, se retiran del trigo el germen y el salvado. 



El resultado es un producto casi sin fibra y sin apenas vitaminas ni minerales, un producto que en el fondo no es más que almidón; sencillamente calorías sin nutrientes esenciales. 

Lo mismo ocurre con los cereales para el desayuno. Cuando compres cereales no te dejes impresionar por las etiquetas que indican que han sido “enriquecidos” con vitaminas. La razón por la que a veces se "enriquecen" los cereales es precisamente porque los científicos se dieron cuenta en 1945 de hasta qué punto eran pobres en nutrientes. Vamos, que la caja de cartón de los cereales contiene casi tantos micronutrientes como los propios cereales, si no más. 

Los fabricantes añadieron entonces 3 ó 4 vitaminas y un poco de hierro. Pero esto es como si alguien te robase 10.000 euros de su cuenta del banco y luego decidiese "enriquecerte" dándote un par de euros.


Demasiado salado


El pan blanco moderno está demasiado salado. Contiene de media 19 g de sal por kilo de pan. Una barra (250 gramos) contiene 4,7 g de sal, lo que supone casi la cantidad máxima diaria que recomienda ingerir la OMS (5 g/día/persona). Según datos recogidos por la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), en España la principal fuente dietética de sodio en la población adulta es precisamente el pan. 



Aunque no se añada sal en su fabricación, el pan sin sal contiene sin embargo de 0,2 a 2,2 g de cloruro de sodio por kilo.


Demasiado dulce


El pan blanco no es un azúcar lento, más bien es un azúcar de combustión rápida con un índice glucémico elevado, que provoca un gran desgaste de insulina y reacciones de hipoglucemia.



El índice glucémico indica el efecto de los alimentos en la glucemia (nivel de glucosa en sangre) durante las dos horas siguientes a su ingesta.

El índice 100 de glucemia (el máximo) corresponde a la glucosa pura y... ¡al pan blanco!, que no es más que almidón, como ya has visto, y el almidón a su vez no es más que una cadena de moléculas de glucosa.

Esto quiere decir que consumir pan blanco es peor que comer terrones de azúcar: hace que aumenten escandalosamente los niveles de azúcar en la sangre, lo que afecta al páncreas y provoca un pico de insulina, con el consiguiente riesgo de desarrollar en un futuro resistencia a la insulina, diabetes, obesidad y enfermedades cardiovasculares.


Demasiado gluten


El trigo moderno, resultado de procesos híbridos, se ha seleccionado por su riqueza en gluten. El gluten es una mezcla de proteínas. Cuanto más gluten haya en la harina, más fermenta el pan y se vuelve más elástico y esponjoso. El pan parece más apetitoso, más hinchado y, por tanto, se vende mejor.



El problema es que el sistema digestivo de muchas personas no tolera las cantidades de gluten que presenta el pan moderno. La intolerancia al gluten provoca cansancio, dolores abdominales, diarrea, reflujo gastroesofágico, problemas articulares, eccemas e incluso trastornos neurológicos.





¿A qué esperamos para rebelarnos?


El filósofo, escritor y cineasta francés Guy Debord (muy vinculado a España y a la cultura española, por cierto) fue muy gráfico al explicar su sorpresa ante la indiferencia con la que las panaderías francesas sustituyeron el auténtico pan por una imitación y ello no hubiera provocado una nueva Revolución Francesa: «Durante el periodo que precede a la Revolución de 1789, nos acordamos de la multitud de motines populares que se desencadenaron como consecuencia de moderados intentos de falsificar el pan. (...) Cuando vimos, hace ya diez años, que el pan desaparecía en Francia, casi siempre sustituido por un pseudopán (harinas no panificables, levaduras químicas y hornos eléctricos), no sólo esta situación traumática no despertó ningún movimiento de protesta y de defensa (…), sino que literalmente nadie habló de ello». (1)


Conclusión


Si no hay posibilidad de hacerse con verdadero pan, te aseguro que comer sardinas, ensaladas, huevos fritos y jamón sin pan sienta muy bien. 



Si estás acostumbrad@ a consumirlo, incluso te sentirás sorprendentemente más liger@ y con más energía después de una comida sin pan.




Es éste el fin de una larga relación? Si es así, te aseguro que tu salud y bienestar te lo agradecerán.

Info de los cuadernos de Salud, Nutrición y Bienestar
Juan M. Dupuis

By Dra. Inma González
#SomosLoQueComemos
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miércoles, 2 de septiembre de 2015

#SomosLoQueComemos

¡NO suprimas las grasas de tu alimentación! 


#SomosLoQueComemos es una parte de una serie de Dossiers sobre Salud, Nutrición y Bienestar que vamos a ir presentándote.

Desde hace 40 años, los poderes públicos intentan convencer a la población de que las grasas alimentarias son el enemigo público número 1.

Esta postura oficial no está confirmada por las investigaciones científicas más recientes. Al contrario, éstas indican que debes, sin ningún género de duda, aumentar tu consumo de grasas "buenas".

Los pescados grasos, las nueces, los canónigos, la calabaza y la verdolaga contienen grasas que reducen la mortalidad cardiovascular. Si tienes carencia de estas grasas, tu riesgo de sufrir depresión y otras enfermedades es mayor. Varios aceites incluso consiguen que baje tu índice de colesterol.




Además, en el marco de un régimen de adelgazamiento, consumir grasas es indispensable para darte sensación de saciedad, que es necesaria para perder peso. Si tienes hambre, el cuerpo se pone en "modo hambre", ralentizando tu metabolismo para economizar calorías, lo que hace que conserves tus kilos de más.




A primera vista, pensarás que estas recomendaciones son desconcertantes, es cierto. Sin embargo, si sigues estas recomendaciones que te vamos a ir dando desde #SomosLoQueComemos te darás cuenta de que lo que llevamos leyendo y oyendo desde hace cuarenta años sobre las grasas es totalmente contrario a la verdad científica.




Y como muestra, un ejemplo: la población estadounidense lleva disminuyendo su consumo de grasa progresivamente desde 1975. Y sin embargo eso no ha impedido una explosión de problemas de obesidad, enfermedades cardiovasculares, diabetes, cáncer...

Actualmente, la investigación más puntera sobre las grasas ha demostrado su efecto beneficioso e indispensable para numerosos procesos biológicos. 

En estos Dossiers de Salud, Nutrición y Bienestar aprenderás a elegir los aceites y a adaptar su modo de cocinar para que las grasas que consuma te hagan ganar años de vida, con un cuerpo y un cerebro en plena forma!

Bienvenid@ a esta nueva etapa que esperamos recorrer junto a ti.


Nos encantan tus comentarios...

Dra. Inma González
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