Publico por etapas mi tesina en el curso de Micronutrición Celular Activa NCA realizado durante 2011-2012 con la Association Française de Médecine Orthomoleculaire.
La
mujer y la micronutrición
La
salud de la mujer en los últimos años se ha medicalizado. La industria
farmacéutica nos ha presentado como enfermedades situaciones fisiológicas en la
vida de una mujer y otras, que no son auténticas enfermedades sino
disregulaciones o pequeños desequilibrios cuya causa podemos encontrar en una
alimentación no muy equilibrada, en disruptores endocrinos y hormonales debidos
a los aditivos y pesticidas y a la contaminación ambiental y, sobre todo al
aumento de estrés en la población femenina en las última décadas debido a la
incorporación a cargos de
responsabilidad, la difícil conciliación, etc.
De
hecho hoy no es raro que situaciones como el síndrome premenstrual, el
embarazo, la menopausia, la osteoporosis sean tratadas como auténticas
patologías, con fármacos cuya relación beneficio-riesgo está muy cuestionado.
Por
otro lado la edad de la maternidad se ha ido retrasando y cuando quieren , ya
no pueden.
Desde
mi punto de vista, como experta en Medicina Biológica, prefiero los
tratamientos reguladores de reacciones enzimáticas, vías metabólicas y síntesis
hormonales que las Terapias Hormonales Sustitutivas.
En
primer lugar, después de una amplia información a la paciente de lo que podemos
hacer por ella y de que no existen milagros sino que juntas, ella y yo,
intentaremos equilibrar todo aquello que la ha llevado a “enfermar”. De que no
se trata de que ella ponga su salud sobre nuestra mesa, sino de que juntas,
vamos a recuperar su equilibrio, para lo cual van a ser necesarios unos cambios
en hábitos de vida y sobre todo en su alimentación.
Una
vez que la expectativas de la paciente y las nuestras coinciden nos ponemos
manos a la obra: Anamnesis completa y estudio por biorresonancia del estado
metabólico, energético, hormonal y nutricional de la paciente. Así como los
niveles de estrés , de hormonas, aminoácidos, etc. Lo complementamos con un
estudio de la composición corporal con bioimpedancia y los estudios de
laboratorio y complementarios pertinentes.
Aplicamos
diferentes técnicas terapéuticas según idoneidad: homeosiniatría, terapia
neural, mesoterapia.
La
paciente se va a casa después del estudio con una dieta y unas pautas
micronutricionales según sea el diagnóstico al que lleguemos.
Los
estados “fisiológicos” de la mujer que vamos a repasar desde el punto de vista
terapéutico o micronutricional son: Síndrome
premenstrual, el momento de búsqueda de un embarazo, el embarazo, la
menopausia, las infecciones genitourinarias y el estrés.
Pero
cada vez son más las mujeres que nos consultan en busca de recomendaciones
cuando el “tic-tac biológico empieza la cuenta atrás y buscan un embarazo. Por
eso nos vamos a detener un poco más en conceptos como la epigenética o el qué puedo hacer para que mi bebé sea lo más sano
posible dentro del mundo en que vivimos...
1.Síndrome
premenstrual
El SPM suele
clasificarse generalmente en cuatro grupos:
- Tipo A: donde los síntomas predominantes son
la ansiedad (de la que toma su nombre), irritabilidad, tensión
nerviosa y cambios de humor.
- Tipo C: donde predominan la apetencia por
determinados alimentos (carbohidratos del que toma su nombre) para
aliviar sus síntomas principales que son fatiga, desmayos,
desvanecimiento, palpitaciones, dolor de cabeza y cefaleas.
- Tipo H: donde los síntomas predominantes (edema y/o
hinchazón de manos, cara, mamas, pies, tobillos y abdomen, sensibilidad,
congestión y tensión mamarias, aumento de peso -al menos, más de 1,5 kgs-,
sensibilidad dolorosa y malestar general, sensación de no tolerar ser
tocada) son causados por una hiperhidratación (de ahí su
nombre) en determinadas zonas.
- Tipo D: donde el síntoma predominante es la depresión
(de ahí su nombre) y que incluye otros síntomas como la confusión, pérdida
de memoria, negligencia, llantos, pensamientos suicidas y/o
autodestructivos.
En términos
generales, el SPM suele achacarse a un desequilibrio entre los estrógenos y
progesterona, concretamente a una insuficiencia de progesterona y a un exceso
de estrógenos, desequilibrio que por lo demás, está implicado también en otras
dolencias femeninas como la sensibilidad mamaria, los fibromas/miomas y los
quistes ováricos, entre otras.
Se barajan
varias cuestiones que han demostrado influir en dicho desequilibrio; entre
otros mencionamos:
- La
incapacidad del hígado de eliminar el exceso de estrógeno.
- El
distress (stress excesivo)
- Déficits
nutricionales y desequilibrios alimenticios que llevan a carencias (o
insuficiencia) de vitaminas, minerales y ácidos grasos esenciales.
- La
píldora (anticonceptiva)
- Uso de Medicamentos
Entre las
primeras medidas a adoptar, siguiendo los principios hipocráticos que
abrazamos: “que tu alimento sea tu medicamento”, lo primero es suprimir algunos
hábitos de nuestra dieta:
- Azúcares
refinados (azúcar blanco y azúcar integral)
- Café
- Alcohol
- Alimentos
muy grasos o formas de cocción grasas (frituras)
- Medicamentos
(procura limitarlos a lo que específicamente debas tomar por prescripción
médica, y en la dosificación prescripta)
Y añadir
otros:
- Más
frutas y verduras
- Cereales
integrales
- Legumbres
- Aceites
vírgenes de Primera Presión en Frío
- Sal
marina sin refinar (en vez de la sal de mesa común), y en cantidades cada
vez menores.
- Mayor
descanso
- Algún
tipo de ejercicio físico, o simplemente caminar a paso vivo durante 40
minutos cada día, 6 veces por semana.
Dependiendo
de la severidad de los síntomas o del tipo de SPM de que se trate, podrá
resultar necesario tomar complejos vitamínicos, minerales y complementos
alimenticios, pero asegúrate que proceden de fuentes orgánicas y siempre que
sea posible, que dichas fuentes sean ecológicas.
Entre la
etiología, además de las fluctuaciones hormonales, encontramos un déficit de:
Ca, Mg, Mn, Vit B, Vit E, ác. Linoléico.
También es
frecuente un déficit de serotonina o de GABA (efecto sedante del SNC) y
causantes de la labilidad emocional del SPM.
También hay
un desequilibrio en la síntesis de prostaglandinas <PGE 1 y
> PGE2 y de betaendorfinas.
Mientras los
síntomas más físicos aparecen unos días antes de la ovulación (mastodinia,
edema, hinchazón abdominal...), la labilidad emocional e irritabilidad se
presenta antes de la menstruación, es decir del 15 al 28 día.
Nuestra
recomendación es la suplementación con GLA (omega 6) y triptófano unos días
antes de la aparición de los síntomas.
El agua de
mar isotónica también es muy útil para suplementar el déficit en Ca, Mg, Mn...
Tesina curso nutrición celular activa NCA 2011 By Dra. Inma González.
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