¿CÓMO PREVENIR LOS RESFRIADOS CON FITOTERAPIA y PROBIÓTICOS?
En otoño caen las hojas y también nuestro sistema inmune. Bajan las temperaturas y también lo hace nuestra energía. Con la llegada del frío y las lluvias, llegan los primeros resfriados. Son cosas propias de la época otoñal: enfriamientos, catarros y gripes. Para prevenir y superar estos males con eficacia, la fitoterapia es un perfecto aliado.
Casi un 80% de la población sufre los síntomas de catarro que acompañan a los primeros fríos, aunque los que más los sufren son los ancianos y la población infantil. Si nos preparamos y mantenemos nuestro sistema inmunitario en perfecto estado, conseguiremos evitar estos molestos síntomas que nos afectan en invierno.
Todas las manifestaciones de un síndrome catarral son banales pero molestas y se producen ante un enfriamiento o en un momento de bajada de nuestras defensas inmunitarias, que es cuando bacterias y virus nos invaden.
El mayor sistema de defensa ante bacterias y virus es nuestro sistema digestivo. Nuestra flora intestinal tiene un efecto de barrera frente a microorganismos patógenos. Un 70% del tejido linfoide se encuentra en nuestros intestinos. Un buen aliado de nuestra flora intestinal, son los probióticos. Poseen efectos inmunoestimulante e inmunomoduladores. Los probióticos son microorganismos vivos que ejercen un efecto protector sobre nuestro intestino y estimulan nuestro sistema inmunitario, al favorecer el crecimiento de una microbiota intestinal que hará frente a la entrada de patógenos.
Entre los probióticos más empleados se encuentran los Lactobacillus y las Bifidobacterias que colonizan el intestino, adhiriéndose a la mucosa intestinal, donde ejercen su acción inmunomoduladora, aumentando la síntesis de citoquinas, potenciando la capacidad fagocítica de los macrófagos e incrementando la síntesis de Ig A. Además sintetizan sustancias que acidifican el pH e inhiben así el crecimiento de patógenos. Cuando la flora intestinal está equilibrada, amén de prevenir la entrada de patógenos, si ésta se ha producido, el ataque al patógeno es más eficaz. Las cepas más utilizadas son Bifidobacterium lactis (restablece reacciones inmunitarias sanas en ancianos), Bifidobacterium longum (Ayuda en la respuesta antiinflamatoria del organismo), Lactobacillus acidophilus (protege la flora vaginal, modula molestias gastrointestinales), Lactobacillus plantarum (protege la flora vaginal). Suelen utilizarse mezclar de probióticos para potenciar su efecto a nivel de diferentes mucosas (intestinal, respiratoria y vaginal).
Un gran preventivo fitoterápico es la Echinácea. Según un estudio de la Universidad de British Columbia (Canadá) y publicado en Antiviral Research en Agosto 2009: “los preparados naturales a base de Echinácea han demostrado una capacidad inmunoestimulante. Esta planta medicinal activa las defensas de forma natural protegiendo a nuestro organismo. Inhibe la inducción de varios agentes víricos asociados con las enfermedades respiratorias superiores”.
Otros productos naturales indicados para potenciar las defensas ante gripes y resfriados son el própolis y la jalea real, dos sustancias de las abejas que actúan ante virus y bacterias y que pueden encontrarse como preparados estandarizados en la farmacia. El própolis es elaborado por las abejas a partir de las resinas balsámicas de las yemas y cortezas de diversas especies de árboles. Su composición varía según el entorno vegetal de la colmena pero contiene resinas, cera, aceite esencial, polen, minerales y vitaminas (principalmente provitamina A y vitaminas del grupo B). Su acción antimicrobiana y antifúngica, se debe principalmente a los compuestos fenólicos; y a los flavonoides su acción antiviral, y también su acción antiinflamatoria y antioxidante. En cuanto a la jalea, es rica en vitaminas C, E, A y del grupo B (B1,B2, B6 y ácido fólico) y minerales, por lo que está indicada en estados de debilidad o agotamiento físico o psíquico.
Otro de los síntomas que padecemos en otoño es la astenia favorecida por los cambios climatológicos, los cambios de horarios, la exposición solar disminuida.
La causa fundamental de la astenia otoñal es la reducción de las horas de luz que controla la glándula pineal, la cual segrega melatonina, hormona responsable del control biológico y las emociones. Por eso, al disminuir la exposición a la luz solar en otoño, se produce un desequilibrio interno que afecta el sistema emocional.
Un combatiente de la astenia otoñal es el eleuterococo. Resulta eficaz para combatir el agotamiento físico y la sensación de debilidad general y tras el resfriado, en la convalecencia. Útil en niño, para reforzar la concentración. También refuerza nuestras defensas contra el ataque de virus y bacterias.
Para evitarla, además de una dieta equilibrada que contenga los frutos propios de la estación: leguminosas, granos integrales, frutas (granada, uva, naranja, mandarina, moras, arándanos y grosellas) y verduras (coles, berenjenas, setas) ricos en vitamina B y C que suponen una gran fuente de energía.
El retorno a las obligaciones conlleva un mayor desgaste físico y mental, por lo que es necesario que la dieta aporte energía suficiente y nutrientes que depuren el organismo de los excesos veraniegos y refuercen las defensas para afrontar la nueva temporada con menos resfriados, gripes e infecciones.
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