martes, 18 de marzo de 2014

Nuestro futuro está en nuestras heces

Microbiota intestinal e inmunidad

Sabemos que el sistema inmunitario es un buen marcador de la salud de un individuo y que está muy relacionado con el estado de su flora intestinal o microbiota.

Entre las funciones de la flora intestinal destacan:

.Digestión de fibras
.Inmunomodulación
.Integridad de la mucosa
.Resistencia a la colonización
.Aporte de nutrientes
.Estimulación del peristaltismo intestinal


La influencia positiva que ejercen determinados microorganismos sobre el sistema inmune y el metabolismo son imitadas mediante la utilización terapéutica de cepas bacterianas seleccionadas.



Los efectos más significativos de la terapia microbiológica son la inmunorregulación, el aumento de las funciones metabólicas, sobre todo en el intestino, así como la modulación de las floras microbianas de la mucosa.

Mientras que los efectos inmunorreguladores proceden sobre todo del Enterococos y el E. Coli, las bacterias lácticas se utilizan preferentemente para la estabilización del medio intestinal.

La administración terapéutica actúa estabilizando y regenerando de nuevo la flora constituida por las bacterias lácticas.



Muchas veces una disbiosis de la flora se manifiesta como un eccema atópico, un síndrome de intestino irritable, anomalías inmunológicas, enfermedad intestinal inflamatoria crónica, obesidad...

Si, hoy en día sabemos que los obesos tienen una disminución de Akkermansia muciniphila.



Son numerosos los beneficios de una flora intestinal sana:





• Estimula el sistema inmunitario. La actividad de la flora favorece la producción de anticuerpos y células que eliminan virus y bacterias patógenas. 

• Reduce la incidencia de las alergias. El tipo y la cantidad de bacterias presentes en el intestino influyen sobre la vulnerabilidad ante los alergenos. 

• Evita los trastornos digestivos. Desde la diarrea o el estreñimiento a trastornos como la enfermedad de Crohn. 

• Previene el cáncer de colon. Las bacterias beneficiosas son necesarias para crear un entorno intestinal sano. 

• Mejora la asimilación de nutrientes. Se optimiza el metabolismo de los azúcares y las grasas, y se absorben mejor los minerales y las vitaminas.

Las investigaciones futuras deberán focalizarse de forma más específica en las especies, combinaciones de probióticos, dosis, duración, subtipos de síndrome inflamatorio intestinal y síntomas individuales del Síndrome inflamatorio intestinal.

También en el funcionamiento del eje cerebro-flora intestinal, de su funcionamiento del que dependen la síntesis de neurotransmisores, de la influencia del stress sobre este eje, etc


Podríamos decir que "nuestro futuro está en nuestras heces";  Tore Midtvedt. Karolinska Instituten Stockholm. Leiden 1990.

Hoy en día podemos hacer Terapias Biológicas de inmunomodulación, estimulando nuestro sistema inmunológico para, por ejemplo solucionar enfermedades ORL como bronquitis, sinusitis, amigdalitis...

Sin hablar del síndrome del inestino irritable que tiene una etología multifactorial: trastorno intestinal, trastorno por estrés, trastorno por dolor crónico que hace que estos pacientes sean visitados por gastroenterólogos, psiquiatras, neurólogos cuando en realidad, si tuviéramos un enfoque mas holístico comprenderíamos que es una disfunción del eje cerebro- intestino.

Los pacientes atópicos y alérgicos también se benefician mucho de estas Terapias biológicas de modulación inmunitaria mediante cepas probióticas determinadas para cada patología.

Nuestras recomendaciones de hoy para una longevidad saludable:
  • Dieta sana y equilibrada
  • Rica en frutas y verduras
  • Ejercicio físico
  • Mantener un peso razonable y estable
  • Respetar las horas de sueño
  • Evitar ambientes contaminados
  • En caso necesario incorporar complementos micronutricionales (vitaminas y minerales)
  • Mantener la biota intestinal equilibrada (probióticos)


Resumen I Jornadas sobre innovaciones Terapéuticas en el tratamiento y diagnóstico de Salud Intestinal.
Barcelona 15 de Marzo de 2014
Universidad Pompeu Fabra.

By Dra. Inma González