lunes, 30 de noviembre de 2015

Tu vagina es tu templo

LA PONENTE

La ponente, invitada estrella del simposio, estaba sentada en la primera fila de la sala. Habían sido dos jornadas interesantes, como siempre, y tediosas, como de costumbre, en las que se había repasado de arriba abajo todas las novedades y controversias sobre la medicina estética. Desde los patrones glabelares en el tratamiento con toxina botulínica, hasta la redefinición del óvalo facial mediante láser y bioplastia. Pasando por las consabidas infiltraciones de ácido hialurónico, las nuevas pautas en micronutrición o el papel de la radiofrecuencia para los tratamientos de reafirmación dérmica en la celulitis.

El Ilustrísimo Decano del no menos Ilustre Colegio de Médicos la estaba presentando. Un sesentón de aspecto aristocrático, cabello atusado, voz impostada de fingida espontaneidad y aire de seductor del Hollywood de los cuarenta.

- Nuestra compañera, la Doctora Lucía Carreño... O simplemente Lu, como a mí me gusta llamarla, casi no necesita presentación. Es perfectamente conocida por ustedes ya que, como líder de opinión y experta reconocida, hace años que viene impartiendo sus ponencias en congresos nacionales e internacionales. Ha publicado más de 150 trabajos de investigación, cincuenta de ellos en las revistas de mayor impacto, y es miembro honoraria de diversas universidades. Como todos ustedes saben es, además, una magnífica comunicadora. Y los más jóvenes que no hayan podido tener la ocasión de escucharla, podrán comprobarlo hoy. Su magisterio es el mejor broche con el que podemos clausurar este exitoso simposio. Así que, sin más preámbulos, tiene la palabra la Doctora Carreño. Adelante Lu...





La ponente se pone en pie. Lleva un vestido negro tan ajustado que negocia con dificultad la subida de los escalones que dan acceso al estrado. Da dos besos protocolarios al Decano y se sitúa detrás del atril. La luz se difumina, inundando la sala en una semipenumbra que acentúa los perfiles de la oradora. Un único foco resalta su cara angulada, la piel satinada y un generoso escote que sugiere una invitación al desafío. Se quita las gafas. Mira durante cinco segundos a su auditorio. Unos doscientos compañeros de todas las edades y jerarquías. Mínimos murmullos.







- Queridos colegas, buenas tardes a todos. Quiero antes de nada agradecer la amable invitación que me ha cursado el comité científico del simposio para poder estar hoy aquí con todos vosotros…

Letanía tantas veces repetida, mientras el cerebro disgregado se concentra en la que va a ser la primera diapositiva.

- Y las amables palabras que el Profesor Coll me ha dirigido.

Hace una pausa.

- Hoy… no voy a utilizar diapositivas. El tema que se me ha pedido que os presente es la atrofia vaginal y su tratamiento… No os voy a exponer el tratamiento hormonal ni a mostraros imágenes de vaginas secas y resentidas. Hoy...

Vuelve a detenerse otros segundos en silencio contemplando al auditorio.

- Hoy voy de hablaros de la vagina como templo…

Silencio inquisitivo en la sala.

-Como bien sabéis la vagina es como un horno pirolítico… Se limpia sola.

Cuchicheos apagados en la sala. Cesan cuando la ponente hace otra pausa y reanuda sus palabras con un punto de serenidad y cadencia.

-En realidad voy a daros consejos para que expliquéis a las más de 8 millones de mujeres mayores de 50 años que viven en nuestro país dependiendo de llevar una adecuada ITV para evitar que sus vaginas se sequen.

Remata con la mirada detenida en los compañeros.

-Nuestra vagina es un templo que hay que cuidar y venerar. La limpieza refrescante con aceites esenciales debe formar parte de nuestra rutina higiénica. Nada más agradable que masajear los labios con aceite de coco o de árbol de té una o dos veces al día... A modo de buenos días y buenas noches.





Mientras habla, acompaña con sus dedos índice y corazón el recorrido de una imaginaria vulva que parece acariciar. Su seductor lenguaje no verbal sugiere la presión de unos labios, la caricia de un clítoris, el deslizamiento en un ascenso lento hasta introducirse en el fondo del templo que ha dibujado con suavidad en el aire.




-Antes de una cita podemos hacerlo con aceite esencial de sándalo o de incienso... No sabéis la atracción que provoca un templo que huela a espiritualidad...





Algunos compañeros cuchichean entre ellos. Otros no pueden evitar un rictus de asombro.

-Debemos mantenerla en forma. Para ello, nada mejor que las bolas de Kegel o el entrenador del suelo pélvico. Son tan accesibles en una casa... En una mesilla de noche. Es nuestra misión persuadir a las mujeres de la utilidad de la sexnology, del uso de la tecnología para el placer. Acabar el día con un buen entrenamiento pélvico, cambiando de intensidad y de programas, mientras elevas el suelo pélvico o, como decimos las que practicamos yoga, cerrando el Muladhara, es un modo muy placentero de provocar el relax nocturno.

Nueva pausa con mirada incitante.





-Y dejar respirar a la vagina es otra de las medidas preventivas. Nada más excitante que caminar con un vestido y sin ropa interior. Tanto como, por supuesto, dormir sin ella. Y bañarse en el mar... con una total sensación de libertad.




Los compañeros  varones la miran entre atónitos y divertidos. Algunas colegas con un rictus de complicidad.

-Para mantener el pH y la eubiosis de la vagina, hay que huir de las duchas vaginales. Que lo único que la acaricie seas tú o tu compañer@, con o sin sextoys... lubricada por ti o por aceites esenciales, antes y después del placer...




-Tócala, tócate... es el mejor consejo para evitar que se seque. Lo que no se usa, se atrofia. La masturbación la fortalece. Somos las que mejor sabemos cómo y dónde llegar al orgasmo. La vida es demasiado corta. No nos privemos ni un sólo día del placer. La conexión entre nosotras y nuestro sexo nos aporta energía vital creativa. Solo la mujer que logra ser amante de su propia vagina, puede llegar a amar al mundo... La cita no es mía sino de mi amiga, la Dra. Cristiane Northurp.





-Ah... Y si no sienten deseos de tocarse, deben consultar a un profesional.  Lo más adecuado es realizar un perfil de neurotransmisores. Podemos estar ante un déficit de serotonina, dopamina... o un exceso de noradrenalina...

Media sonrisa al auditorio.

-Se me olvidó deciros que tengo un conflicto de intereses. Hoy me solidarizo más que con la industria farmacéutica, para la cual la menopausia y sus complicaciones es un filón, ya que sólo en EEUU unas seis mil mujeres al día alcanzan la menopausia... Me solidarizo, digo, con todas aquellas mujeres maduras, conocedoras de su cuerpo, diosas doradas o no, que se permiten unos cuidados y que se aceptan como son. El amor hacia una misma nos permite ser mujeres más brillantes, llenas de luz.  El autoestímulo es el mejor tratamiento preventivo de la atrofia vaginal. Además de permitir un autoconocimiento del yo femenino, mantiene activos los tejidos que albergan el templo, allí donde una vez daban acceso a óvulos, a la menstruación, a los ciclos lunares. Allí donde los arquetipos femeninos danzan entre la niña y la diosa que juega a ser madre, hechicera, amante o guerrera... La energía del Muladhara se transforma en esta zona de la esencia femenina. Hay que tomar conciencia del cambio y recanalizarla...

- Nada más. Muchas gracias por vuestra atención.

Segundos de aturdimiento entre el público. Algunos tibios aplausos. Confusión generalizada.

La ponente baja del proscenio, subrayando sus contornos con seducción y personalidad. Mientras desciende los escalones lanza una última ojeada a los presentes. Un compañero, en el lateral de la tercera fila, le guiña un ojo y hace ademán de mandarle un beso enardecido. Coll no sabe si levantarse... Hoy no ha tomado Viagra pero nota una cierta tensión en la entrepierna... Piensa que la ponente se ha vuelto loca...

By Dra. Inma González

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